miércoles

Braille, computación e inserción laboral

Cat. Braille/computación/ceguera/discapacidad/inserción laboral

Braille o computadoras para una mejor inserción laboral El tema se parece más a un concurso entre fanáticos que a las posibilidades que ciertamente las personas que sufren de una discapacidad sensorial, disponen para reinsertarse en la sociedad.
No es necesario caminar demasiado para cruzarse con alguna persona que promueve un sistema por encima de otro como si se trataran de dos opciones antagónicas o excluyentes, que no pudieran complementarse y brindarse a la vez. ¿Ya sabés Braille? Era la fatídica pregunta que a poco de quedar ciego me hacían ajenos y extraños a cada paso que daba.
Cuando perdí la vista, sin jamás despreciar el gran valor que el sistema Braille indudablemente posee, comencé a buscar otras ayudas técnicas que pudieran sumarse a un invento maravilloso pero del siglo XIX. Supuse que el desarrollo de la sociedad de la información y la complejidad del mundo actual iban a conspirar contra la efectividad de este revolucionario pero limitado sistema de comunicación. No era fundamental tener muy buena vista para darse cuenta que dificilmente con el conocimiento de una sola herramienta técnica, una persona ciega iba a estar en condiciones de enfrentar un desafío laboral como me aseguraban las personas encargadas de mi capacitación en el Club de Leones de la ciudad de Bernal (Argentina).
Ese sería el primero de una serie de cortocircuitos con personas de buena voluntad, que frente a un problema social se aferran a una solución parcial como si esta fuera una verdad absoluta, más vinculada a una respuesta mágica que a un programa de capacitación. Los limitados resultados pronto quedaron expuestos, y estas amables y solidarias personas se transformaron en fanáticos frente a cualquier individuo que se acercara a sugerir la posibilidad de sumar nuevas opciones a las vidas de las personas ciegas.
Siempre voy a recordar la respuesta que me dio mi maestra de Braille cuando en la segunda clase, le hice saber mi opinión acerca de lo que estaba aprendiendo. Yo simplemente dudaba que con ese único conocimiento iba a lograr reinsertarme en la sociedad tal como ella me había asegurado en la primera clase. Su enojo no se hizo esperar, y tomó mi comentario como una resistencia a aprender Braille.
Frente a esta situación, me limité a continuar mi aprendizaje para una vez finalizado, preocuparme por ingresar a otra institución donde me enseñaran a comprender el software desarrollado para poder manejar cualquier computadora personal. ¿Y adivinen qué? Allí me esperaba otro grupo de personas que al igual que las vinculadas con el sistema Braille, estaban convencidas de que con el simple aprendizaje del manejo de un ordenador, iba a conseguir un trabajo digno. ¡Otra vez más de lo mismo (aunque un poco más moderno)!

Creo que no hay que ser un especialista en el tema para darse cuenta de que en los tiempos que corren, no basta con el aprendizaje de un único sistema (sea éste cual fuera) como para con esa simple acción lograr obtener un trabajo digno. Es como si yo les dijera que con sólo saber leer y escribir una persona en los días que corren, va a conseguir un puesto en una empresa. Seguramente en lo que sí vamos a coincidir es que sin estos conocimientos básicos, sería descabellado siquiera salir de nuestras casas a llenar una solicitud de empleo.
Este sencillo artículo no pretende alentar un sistema en detrimento de otro (ellos poseen los argumentos y las cualidades para demostrar su valor por sí solos) y sí desearía objetar las actitudes que adoptan algunas instituciones vinculadas a la capacitación y contención de las personas discapacitadas. Por lo general estos organismos están conformados casi en su totalidad por personas de gran corazón que trabajan a destajo en forma voluntaria o por un sueldo miserable. En algunos casos muchos de ellos se encuentran en una situación económico y social tan delicada como la de las personas a las cuales están ayudando. Basicamente se puede decir que se trata de personas que no pueden llegar a fin de mes con la factura del gas al día, explicándole a una persona ciega cómo hacer lo que ellos no han podido lograr. En este contexto es más que evidente que el problema de la capacitación no reside en Braille versus computadoras, sino en el factor humano.
Evidentemente el problema es social y no de métodos. No tengo dudas de que por este camino seguiremos perdidos en una trampa oscura donde personas que no ven nada son conducidas por otras de visión comprometida, por un sendero sin luces, hacia un horizonte difuso.
¿Hasta cuándo seguiremos dando vueltas en círculo convencidos de que estamos yendo hacia algún lado?
Yo no tengo la respuesta, pero estoy convencido de que jamás lograremos encauzar el drama de la inserción laboral para las personas ciegas o de baja visión, mientras sigamos pidiéndole a los sistemas, que solucionen problemas para los cuales no fueron creados.

Cat. Braille/computación/ceguera/discapacidad/inserción laboral


Autor: Equipo de editores de Lázarum.com

****************


Este artículo puede ser libremente reproducido. Para ello basta pegar el siguiente link…


Artículos de Discapacidad


… en algún lugar de su sitio o blog de discapacidad.

****************