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Autismo - Una mirada cercana.

El autismo es un desorden en el desarrollo cerebral cuyos signos comienzan a manifestarse durante la infancia y persisten sin posibilidad de remisión o agudización alguna. En muchos casos es hereditario. Sin embargo la genética es compleja y no se sabe exactamente cuáles son los genes que lo causan.
El desorden se caracteriza por presentar un grupo de síntomas y no un síntoma en particular y las necesidades de aquellos que lo padecen varían en gran medida. La persona que posee este trastorno se identifica por manifestar problemas en la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, y una tendencia a actividades o
intereses inusuales, repetitivos o extremadamente limitados.


Síntomas

Los síntomas a menudo incluyen problemas con el uso y entendimiento del lenguaje, dificultades en la relación con las personas, objetos y situaciones; juegos inusuales con juguetes y otros objetos, dificultades con los cambios en las rutinas o el entorno familiar, y movimientos corporales o patrones de comportamiento repetitivos. Estas dificultades pueden variar de moderadas a muy severas. Los padres de niños autistas a menudo descubren la existencia de estos síntomas durante el período de vacunación.


La preocupación de los padres en cuanto al efecto de las vacunas en sus hijos ha dado lugar a un índice decreciente de los niveles de inmunización en la niñez y un aumento en las probabilidades de brotes de sarampión. Sin embargo, existe evidencia científica abrumadora que demuestra que no hay una asociación causal entre la vacuna contra el sarampión, paperas y rubéola y el autismo, como tampoco evidencia científica en cuanto a que el conservante tiomersal colabore o cause el comportamiento autista.


La creciente popularidad de los tratamientos con drogas y la expansión de sus beneficios ha sido la causa de cierta inclinación de los profesionales de la salud a diagnosticar ASD (desórdenes del espectro del autismo), resultando ésto en un sobre diagnóstico de niños con síntomas inciertos. Una persona con ASD puede responder en forma atípica a la medicación y los medicamentos pueden traer efectos colaterales adversos.
No existe medicación conocida que disminuya las dificultades de comunicación e interacción social de la persona autista.


Investigación

Los investigadores han descubierto algunas anormalidades en el desarrollo cerebral de las personas autistas. Sin embargo, los factores que provocan estas anormalidades o la influencia que las mismas pueden tener en el comportamiento son inciertos. Estudios de investigación han demostrado que los padres están en lo correcto cuando notan ciertos problemas de desarrollo en sus hijos, a pesar de que pueden no detectar la naturaleza específica o el grado de severidad del problema.


Los factores ambientales que, se dice, contribuyen al desarrollo de este trastorno o agravan sus síntomas y pueden ser considerados de importancia en investigaciones futuras, incluyen ciertos alimentos, enfermedades infecciosas, metales pesados, solventes, la combustión de gases de gasoil, bifenilos policlorados (PCB), ftalatos y fenoles utilizados en productos plásticos, pesticidas, materiales ignífugos bromados, el alcohol, el tabaco, las drogas ilícitas y las vacunas.


Tratamiento

Los tratamientos incluyen terapias de comportamiento y comunicación y medicamentos para controlar los síntomas, los cuáles resultan más exitosos cuando están orientados a satisfacer las necesidades particulares de cada paciente. Los objetivos principales son minimizar las pérdidas asociadas y el consternamiento familiar por un lado, y por otro lado, aumentar la calidad de vida y la independencia funcional. A través de los años, las familias han probado diferentes métodos, tanto tradicionales como no tradicionales, para reducir los signos del comportamiento autista y aumentar los del comportamiento normal. Los dos métodos que han recibido mayor soporte empírico son: Análisis del Comportamiento Aplicado (ABA, modificación del comportamiento) y el uso de vitamina B6 con suplementos de magnesio.


En la mayoría de los niños, los síntomas se atenúan con el tratamiento y el paso del tiempo. Los padres deben estar dispuestos a ajustar el tratamiento de acuerdo a las necesidades que los niños manifiesten. La planificación del tratamiento ideal coordina terapias y recomendaciones que apunten a los síntomas principales del autismo: dificultades en la interacción social, la comunicación verbal y no verbal, y rutinas o intereses obsesivos o repetitivos. Los padres deben ser cautos al adoptar alguno de estos tratamientos.


Conclusión

El autismo es un trastorno del desarrollo cerebral que dificulta la interacción y comunicación social y causa un comportamiento restringido y repetitivo, y que se manifiesta antes de cumplir un niño los tres años de vida. Las probabilidades de que afecte al sexo masculino son tres veces mayores a las que afecte al sexo femenino.
El grado de severidad y los síntomas de este trastorno poseen un rango muy amplio y pueden incluso pasar desapercibidos, especialmente en niños ligeramente afectados o cuando se encuentran encubiertos por deficiencias más debilitantes. El autismo no se trata con cirugías o medicamentos (a pesar de que en ciertos casos pueden suministrarse medicamentos para mejorar determinados síntomas, tales como comportamiento agresivo o problemas de atención.). El autismo continúa siendo una condición difícil para quienes lo padecen y sus familiares, pero el panorama actual es mucho más alentador que el de años atrás.


Autor: Equipo de editores de Lázarum.com

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