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Discapacidad y Medios de Comunicación

Discapacidad y medios de comunicación


Este artículo es de alguna forma la continuación de lo planteado en uno anterior llamado “Libros y discapacidad visual” publicado días atrás en este mismo espacio. En aquel señalaba la retorcida imagen que el mundo de la literatura gusta trazar alrededor de la discapacidad visual. Al parecer la figura de una persona que ha perdido la vista, dispara en la imaginación de algunos escritores un sinfín de situaciones perversas y truculentas.
Sin embargo sería injusto otorgarle la exclusividad al género literario de esta patética disposición. Recuerdo que no hace mucho tiempo atrás, un joven periodista que conducía un programa de pseudo investigaciones sociales, entrevistó a una mujer ciega. La nota se trataba de algo así como ...”pasemos 24 horas con un ciego, y juguemos a sentir qué es lo que pasa”.
El intrépido periodista acompañaba entonces a la mujer a caminar por las vereditas de Buenos Aires. (Cruzaban juntos las calles, esquivaban baldosas rotas y caca de perro, y volvían juntos sanos y salvo a casa). ¡Toda una aventura!
Pero evidentemente el valiente periodista no estaba satisfecho con el nivel de adrenalina que había desatado en su interior la elaboración de esa nota, y deseaba asegurarse que el programa en cuestión fuera lo suficientemente atractivo como para entusiasmar a la audiencia. Fue así como empezó a realizar una serie de preguntas. Al cabo de una o dos consultas, la mujer al igual que todos los que estábamos escuchando, comprendió que el periodista estaba más interesado en la cuestión sexual que en cualquier otro tema. Con mucho respeto La entrevistada le respondió que ella hacía el amor de la misma forma que cualquier otra mujer del planeta, luego de que el profesional la indagara sobre esa cuestión en particular. En más de una ocasión, ella trató infructuosamente de llevar el reportaje hacia otro terreno, pero fue inútil. El encantador periodista siguió insistiendo sobre el tema hasta que comprendió que no había allí nada en especial que alimentara la imaginación de las masas.
¡Cuánto hubiera dado yo para que ese impresentable me hiciera a mí esa pregunta! ¿Cómo me hubiera gustado comprobar si luego de mi respuesta, seguía manteniendo la misma cara de idiota de siempre!
Yo, ante la insistencia sobre cómo hace una persona ciega para tener relaciones sexuales, le hubiera contestado lo siguiente ...
“Imaginate que vos estás en la cama con tu pareja, y en el mejor momento del encuentro amoroso, se corta la luz ¿Qué harías? ¿Te subirías los calzoncillos y te irías a terminar el asunto solito y con buena luz al baño de tu casa? Lamento ser yo quien te alcance esta noticia, pero el amor no tiene nada que ver con la buena o con la mala vista. Para ser un buen amante, sólo tenés que tener amor para brindar”.
El joven periodista al cual hace referencia este artículo, ya ha fallecido en un accidente poco claro, y el canal que emitía el programa en cuestión era el 13. Pero la oscura atracción que provoca el tema de la ceguera en algunos sectores de la sociedad, excede tanto a los nombres propios de los periodistas como a los medios de comunicación que emiten las notas realizadas.

Autor: Equipo de editores de Lázarum.com

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